jueves, 7 de febrero de 2013

En busca de un futuro mejor


Ser pobre materialmente y sufrir de maltrato físico y psicológico, no pueden  ser razones para volverse delincuente. Eso muy bien lo sabe un grupo de chicos, que sin perder la esperanza de un futuro mejor vienen aprendiendo una serie de oficios que ellos están seguros les permitirá salir adelante.

La figura de una familia unida y feliz ha pasado de ser una realidad palpable a un mero recuerdo de alguna película de ficción. Hoy muchos padres ventilan sus problemas a gritos y en el peor de los casos a golpes. No por algo la violencia doméstica es alta en el país. El año pasado, por ejemplo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INEI) cuatro de cada 10 mujeres fueron víctimas de feminicidio. 
Y en medio de toda esta violencia familiar se encuentran miles de niños quienes crecen carentes de amor y aceptación. Esa falta de afectividad llevó a muchos a conformar más adelante las temidas pandillas o lo que hoy se conoce como las “Barras bravas”. Precisamente una encuesta realizada por el Equipo Técnico especializado de la Policía Nacional del Perú confirmó que más del 55.4% de los integrantes de estas pandillas son jóvenes provenientes de familias disfuncionales y de niveles socioeconómicos bajos, donde el común denominador de todos estos muchachos fueron los golpes y el posterior abandono de uno o de los dos progenitores.
Uno de los casos más sonados en estos últimos días es el de “Gringasho”, quien es el prototipo perfecto para demostrar que una familia disfuncional, con padre o madre ausentes, puede convertir a una inocente criatura en el más temido sicario.
Ante esta preocupante problemática, ¿qué se puede hacer para evitar tener más adelante jóvenes como “Gringasho”? 
Por lo pronto existe un lugar en Lima donde se viene trabajando no solo con el área emocional de los niños y adolescentes, sino también explotando sus virtudes para que puedan aprender un oficio que les ayude a salir adelante en la vida y así convertirse en hombres de bien. En esta tarea en la que está empeñado el Comain, que es el Complejo Municipal de Asistencia Social de la Municipalidad de Lima, participan los familiares o tutores de los menores, toda vez que es necesario contar con el apoyo de ellos para lograr los objetivos. 
Un lugar de restauración
No darles de comer sino enseñarles a pescar es la consigna que tiene el Comain con respecto a los menores. En los albergues que maneja esta institución llegan chicos en riesgo, vulnerabilidad y alto grado de pobreza. Muchos vienen cansados de los maltratos y la violencia que reina en sus casas. Otros porque el Ministerio Público o la Unidad de Investigación del Ministerio los ha enviado. En todos estos casos, como cuenta la jefa de División del Comain, abogada Lourdes Jesús, la atención es la misma. 
El Comain administra cuatro albergues de menores. El Hogar “Virgen del Carmen”, el  “Sinchi Roca”, la “Casa de los Petisos” y San Martín de Porres.
En la “Casa de los Petisos”, por ejemplo,  residen 26 menores de entre 10 y 12 años de edad. Allí trabajan aproximadamente 14 profesionales, entre sicólogos, educadores y asistentes sociales.
Según la letrada, a los niños de la “Casa de los Petisos” como de los otros albergues se les potencia sus habilidades con el objeto que aprendan un oficio que mañana más tarde les sirva para valerse por sí mismo. “Gracias a este trabajo hoy tenemos chicos que saben hacer aretes, pulseras, origamis y hasta cocinar. La idea es que cuando ellos dejen el albergue puedan generar sus propios ingresos”, afirma la abogada. 
La habilidad de los niños y adolescentes se pudo observar en la “I Feria de Niños Emprendedores” realizada el 7 de diciembre, donde los asistentes quedaron maravillados por los trabajos de estos chicos. 
Cabe señalar que los talleres que realiza el Comain no solo son para los niños, sino también para los padres. Porque la idea no es que los niños estén eternamente albergados, sino que regresen en algún momento al seno familiar.
“Los niños duermen aquí, pero hacen una vida normal. En la mañana van a su colegio, en la tarde vienen, almuerzan aquí y en las tardes tienen sus talleres con los sicólogos. También tienen un tiempo de recreación, porque la idea es que hagan su vida normal. Actualmente el BCP nos está brindando un taller de música, ellos han comprado los instrumentos y los niños están muy contentos y emocionados con ese nuevo taller. También hay instituciones que nos facilitan becas de estudios para los primeros puestos, como es el caso de la Aduni”, nos cuenta la jefa de División. 
El Comain actualmente tiene un presupuesto de 296 mil soles anuales, que próximamente se vería incrementado puesto que se tiene pensado ampliar el trabajo que realiza esta institución. Por lo pronto este año, según nos informa la letrada, el Comain va a incidir más en el trabajo de fortalecimiento familiar, ya que es necesario que el niño se sienta aceptado en su familia y así, juntos, salgan adelante. (JETCH)

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