miércoles, 28 de noviembre de 2012

Todo es posible cuando se sacrifica


Cuando dos personas toman la decisión de compartir una vida junta, nunca piensan que la convivencia puede no ser lo que tanto esperaban y, cuando lo viven en sus propias carnes, surgen los problemas que destruyen los relacionamientos. Esto pasó con la señora Claudia cuando llegó al Cenáculo del Espíritu Santo. Una vez que empezó a participar en las reuniones todo cambió. “Luché por mi esposo y, al poco tiempo, vi el cambio en mi matrimonio, incluso, mi marido también empezó a asistir a las reuniones. Cuando llegó la Hoguera Santa de Israel decidimos participar, cogí mi sobre y sacrifiqué. Antes de que la petición llegara al Monte, Dios empezó a respondernos”,  afirmó Claudia muy contenta. 
El señor David consiguió trabajo y la señora Claudia consiguió que le aumentasen su sueldo, el padre de David que tenía hace 15 años unas llagas en las piernas, fue sanado, su hermano, quien padeció 10 años con un dolor crónico tras haber sufrido un accidente, también fue sanado. 

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