jueves, 31 de mayo de 2012

La migraña y sus soluciones


Los pacientes suelen quejarse de dolor de cabeza, vómitos o vértigo. Hay otras patologías asociadas a la migraña como puede ser el asma, alergia, obesidad, epilepsia, desórdenes del sueño y enfermedades psicológicas.

La migraña es una enfermedad que tiene como síntoma principal el dolor de cabeza, usualmente muy intenso y capaz de incapacitar a quien lo sufre. Es una afección muy frecuente, de base genética, que afecta a entre el 12% y el 16% de la población general, siendo la incidencia más alta en las mujeres.
Se debe distinguir la auténtica migraña de otros tipos de cefaleas o dolores de cabeza, tales como la cefalea tensional, que es mucho más usual, la cefalea en racimos y las cefaleas secundarias que pueden estar originadas por multitud de causas, como gripe, meningitis, traumatismos craneoencefálicos y tumores cerebrales.
El 80% de los pacientes que padecen este mal presentan su primer ataque antes de los 30 años. La enfermedad cursa con episodios de dolor agudo intercalados entre largos periodos libres de síntomas. La frecuencia de las crisis es muy variable, lo más usual es entre uno y cuatro episodios al mes que duran entre 4 y 72 horas, si no se realiza ningún tratamiento. El dolor puede estar precedido de manifestaciones neurológicas variadas que se llaman aura y consisten en trastornos visuales o sensación de hormigueo en labio, lengua y la mitad de la cara. El dolor suele ser de gran intensidad, afecta a la mitad derecha o izquierda de la cabeza, más raramente a ambos lados simultáneamente, se acompaña por sensibilidad a la luz (fotofobia), náuseas, vómitos y empeora claramente con la actividad física. Por ello, los pacientes suelen retirarse a una habitación oscura y permanecen inactivos hasta que desaparecen los síntomas
Características de la enfermedad
La migraña es un tipo de cefalea, palpitante y localizada, que produce náuseas, vómitos y sensibilidad al sonido y la luz. En ocasiones es precedida de síntomas visuales, sensitivos y motores.
El dolor se origina por una dilatación de las arterias extracraneales. Esta provoca una inflamación alrededor de los vasos sanguíneos, que libera sustancias relacionadas con el dolor, como la serotonina. Otros expertos creen que su origen está en el propio cerebro. El aura (conjunto de síntomas) previa a la migraña se produciría por la activación de la corteza cerebral y la reducción de la circulación en la zona.
Aunque se ignora la causa concreta, se cree que la migraña tiene una base genética y que el afectado hereda una sensibilidad especial ante ciertos estímulos. De hecho, más del 70% de los migrañosos tiene antecedentes familiares.
Hay dos clases básicas de migraña: la común, que se da en un 80% de los casos y no presenta síntomas previos, y la de aura, en la que antes del dolor aparecen alteraciones visuales, hormigueo, problemas de lenguaje y sensaciones de hinchazón. Estas alteraciones duran desde unos minutos hasta una hora.
Ataque más a mujeres
La migraña es sobre todo un problema femenino, tanto es así que el 25% de las mujeres en algún momento de su vida lo tienen. La razón se debe a su complejo ciclo hormonal. Los cambios en los niveles de estrógenos y progesterona influyen en la serotonina y la dopamina, dos sustancias relacionadas con la migraña. Durante la edad fértil, los ataques son más frecuentes en los dos o tres días previos a la regla y en las jornadas en torno a la ovulación. Además se dan cuadros desencadenantes por el coito o el relax posterior. Los anticonceptivos orales y la terapia hormonal sustitutoria aumentan los episodios, pero el embarazo y la menopausia los reducen.
Desencadenantes 
Estrés. La tensión, la fatiga, el estrés y la ansiedad pueden combinarse para disparar la migraña, especialmente en las personalidades nerviosas, obsesivas o perfeccionistas.
Meteorología. Los cambios de la presión atmosférica, el frio, el viento y los cambios bruscos de la temperatura pueden ocasionar migraña. Los días tormentosos, con neblina o muy soleados son los más propicios.
Trabajos de riesgo. La docencia y las profesiones que alteran el sueño favorecen las cefaleas. Hay que intentar que la actividad laboral no desordene otras áreas de la vida (dieta, descanso, relaciones) y tomar medidas especiales (relajación, medicamentos) para prevenir los ataques.
Fármacos. Los anticonceptivos con estrógenos, así como ciertos fármacos para la hipertensión o las cardiopatías (vasodila-tadores, nitratos, nitritos, bromocrip-tina), pueden precipitar una crisis migrañosa.
Sueño. Aunque el dormir ayuda a aliviar el dolor, tanto su falta como su exceso pueden desencadenarlo.
Alcohol. Cualquier bebida alcohólica puede causar migraña, sobre todo el vino tinto, pues es rico en tiramina, una sustancia vasodilatadora.
Alimentos. Ciertas comidas (chocolates, cacao, vainilla, plátano, frutos secos, cítricos, quesos, nata, embutidos, pescados ahumados) y bebidas (cerveza, café, té, refrescos) provocan dolor de cabeza. También lo favorecen sustancias alimenticias como el glutamato (en la soja de la comida China), edulcorantes artificiales (por ejemplo, el aspartamo) y aditivos (como los nitritos o los potenciadores de sabor).
Ambiente. Los olores fuertes y perfumes, las atmosferas cargadas de humo y las luces deslumbrantes pueden desatar una crisis. 
¿Cómo combatirlo?
El ejercicio. Físico regular y moderado, no intenso, ayuda a regular el sueño y a prevenir los episodios de migraña, pues libera unas sustancias llamadas endorfinas que tienen poder analgésico.
Reposo. Con o sin medicamentos, la crisis es más fácil de sobrellevar si se permanece acostada, en un cuarto silencioso y a oscuras. El dolor se agudiza con el movimiento, la luz y el ruido.
Frio. En el momento en que percibas los primeros indicios de una crisis migrañosa, es necesario aplicar hielo envuelto en una tela o bien un paño húmedo frio en la cabeza; el frio contrae los vasos dilatados.
Sueño. No conviene dormir poco ni demasiado, ni tampoco trasnochar un exceso. Lo ideal es llevar un horario regular. Acostarse unas horas en una habitación tranquila y oscura ya que alivia el dolor.  

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