jueves, 2 de junio de 2011

Salud y sociedad


Cuantas veces sentimos sed, después de realizar un desgaste físico y mental, y es porque si queremos que nuestro organismo siga funcionando normal necesitamos de este vital líquido llamado agua para hacerlo.

La deshidratación es la pérdida excesiva de agua, y puede producirse por estar en una situación de mucho calor (sobre todo si hay mucha humedad), ejercicio intenso, falta de bebida o una combinación de estos factores, o por estar alterado el balance de electrolitos, por falta de ingestión o por exceso de eliminación de agua.

Para evitar este cuadro se debe beber agua o bebidas isotónicas como limonada, no es muy recomendable beber bebidas muy azucaradas, como las gaseosas, que son de mayor consumo en la población, al menos se recomienda alternarlas con agua.

El consejo mundial recomienda la ingesta de agua al menos dos litros al día, pero lo más recomendable es beber agua sólo si se tiene sed, pues el exceso de agua envenena el organismo, ya que ocasiona que los minerales como el potasio, sodio y magnesio se diluyan rápidamente en el torrente sanguíneo, ocasionando cansancio, calambres y pérdida de agilidad mental, una variación de estos minerales podría ocasionar un paro cardíaco sorpresivo y mortal, la necesidad requerida por cada organismo se expresa por la sed, esta es la única manera de medir cuánta agua realmente necesitamos.

El contenido de agua en el cuerpo está estrechamente relacionado con nuestro peso, sexo y edad. Hay una relación inversa entre lo que pesamos y el agua que tiene nuestro organismo: tenemos menos agua cuanto mayor es nuestro peso. Esto significa que las personas obesas tienen menos agua total en su cuerpo que las personas delgadas. La edad también marca la cantidad de agua del organismo, a medida que vamos cumpliendo años disminuye.

Un exceso de agua en el organismo produce anomalías, pero un descenso de tan sólo un 2% de agua en el cuerpo puede causar pérdida momentánea de memoria, y problemas al enfocar la vista sobre una pantalla de computadora o sobre una página impresa.

Las pautas del consumo de agua, tienen muchos factores, como evitar el riesgo de cáncer de colon, mama y vejiga, en estos casos se recomienda consumir ocho vasos de agua al día, y si pasamos por un estado de estrés el consumo debe aumentar hasta dieciséis vasos al día, pero más que necesidad es por sentir una sensación placentera, esto se refleja en muchas personas con ciertos trastornos mentales.

Entre los síntomas de deshidratación o falta de agua por el organismo, tenemos la sensación de mareo o inestabilidad del cuerpo, como si la cabeza nos arrastrara a un lado, tener la boca seca o pegajosa, orinar menos y más oscuro.

El consumo de agua para una persona normal debe ser de dos litros al día, pero este valor dependerá de la misma actividad física que la persona desarrolle. Una persona sin problemas de salud, que no realice una actividad física extensa, debe tomar agua en el momento en que sienta sed, si uno tiene los riñones, corazón y el hipotálamo (que es donde está el centro de la sed) en buen estado, se debe beber sólo cuando se tenga sed, ni una gota más ni una gota menos, esto es un consejo de los cardiólogos.

Consumir frutas para reponer parte del agua que se pierde de una manera agradable y natural, y tener conductas saludables tanto físicas como mentales.

El acceso al agua potable es un derecho de todo ciudadano, pues todos debemos de contar con agua suficiente, a precio asequible, de manera segura y de calidad aceptable para usos personales y domésticos, sólo así la población tendrá la oportunidad de mejorar su calidad de vida.

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