viernes, 4 de enero de 2013

Cuenca, la “ciudad prometida” para los estadounidenses


Cuenta la leyenda que “solo un pequeño grupo de expatriados gravitaban por Cuenca antes de 2008”.

En realidad no se trata de una leyenda, sino de un artículo publicado en Gringo Tree, un sitio de internet manejado por extranjeros residentes en esta ciudad ecuatoriana, que en los últimos cuatro años han llegado en masa: entre 4.000 y 5.000, de acuerdo con entes oficiales y organismos privados.
Según la historia que cuenta este portal, Cuenca ubicada en el sur de Ecuador, a 2.500 metros de altura, se convirtió en “el” destino mundial para extranjeros en setiembre de 2009, cuando la revista International Living, consultada por norteamericanos que planean mudarse fuera del país, la catalogó como “el principal destino en todo el mundo para retirarse”.
La revista alemana Stern la calificó como el mejor lugar en América Latina para extranjeros, y National Geographic la incluyó en su lista de las 50 mejores ciudades históricas del mundo.
“Cuenca es una ciudad hermosa con varios atractivos, pero hay muchas ciudades encantadoras en América Latina. Lo que la hace especial es que cuando buscas en Google ciudades baratas para vivir, sale primera”, explica Matthew Hayes, investigador de la Universidad Fredericton de Canadá.
Según el especialista, ubicarse primero en una búsqueda de Google implica mayor atención, y eso lo que ocurrió en Cuenca.
No solo pensionados
La alcaldía de Cuenca niega haber fomentado la imagen de su ciudad como destino para pensionados y se muestra tan sorprendida por el fenómeno como el resto de los cuencanos.
“El turismo uno lo promociona, uno crea estrategias a mediano y largo plazo. Pero en el caso de un fenómeno migratorio, se da por las condiciones de la ciudad. Durante la historia de Cuenca se ha ido formando una ciudad en donde se vive bien”, dice Dani Jara, director de Relaciones Internacionales de la alcaldía.
Dos corrientes de un mismo río
Para Martha Mayes, profesora de español, la relación que se ha tejido entre los extranjeros que llegan y los ecuatorianos que regresan es “simbiótica”, a partir de poder hablar el mismo idioma y manejar códigos similares al momento de ofrecer un servicio o realizar un trabajo.
Otros como Peter Boynton o Mike Grimm afirman que el idioma inglés no es lo único que une a estos dos colectivos, sino también una crisis económica que los golpeó por igual.
“Yo me he encontrado con conductores de taxis regresados de Nueva York y ellos me contaron que volvieron porque no se podía vivir más allá. Ellos enviaban dinero a sus familias aquí, pero sus familias tuvieron que empezar a mandar ese dinero de regreso porque ellos lo necesitaban”, dice el productor musical.
“Es un tema económico. Ecuador es una nación dinámica y emergente”, concluye Mike Grimm. (BBC)

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