La señorita Madeleine Gavilán Colca debido a sufrir un fuerte golpe pasó a tener dolores por todo su cuerpo y su vida se tornó una pesadilla. “A la edad de ocho años me caí de una altura considerable y me golpeé muy fuerte la cabeza, me dolía demasiado, entonces me llevaron de emergencia al hospital, el médico me hizo mucho análisis para ver si había alguna consecuencia, recuerdo que hasta me sacaron un líquido de mi cabeza para estudiarlo y el médico dijo que no tenía nada y que el dolor iba a desaparecer con el tiempo, pero no fue así ya que el dolor persistió”, recordó.
Ella recuerda de las recomendaciones de los doctores. “Luego ellos hablaron que los dolores iban a continuar. Yo fui creciendo con los dolores en mi cabeza, era como si fueran parte de mí, y así fue pasando el tiempo, cada año un poco más fuerte, incluso hasta para peinarme me dolía”, dijo.
Estos dolores en su cabeza hicieron que Madeleine se volviera una persona insegura y muy atormentada por sus pensamientos negativos. “Me volví una joven insegura, no confiaba en mí misma, ya que cuando los dolores me daban como que perdía un poco el conocimiento, entonces prefería no salir mucho a la calle y si salía lo tenía que hacer acompañada”, mencionó.
Un día que Madeleine pasaba por la puerta del Cenáculo del Espíritu Santo recibió una invitación para participar de una reunión de fe y milagros. “Ese día yo estaba con mi mamá, y las dos aceptamos la invitación. Nunca me olvidaré que desde la primera vez que participé de la reunión me sentí muy aliviada, sentí un bienestar tanto espiritual como físico, ya que el dolor en mi cabeza había disminuido”, relató.
Con el pasar del tiempo a Madeleine la invitaron a participar de la reunión de los Casos Imposibles, donde ella colocó en práctica todo lo que aprendía. “Durante muchos años intenté sanarme de una y mil manera y no lo conseguí, pero después que le entregué mi vida a Dios, pude ver su poder manifestándose en mi vida. Ahora soy una joven nueva y muy feliz, gracias a Dios”, finalizó.
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