jueves, 12 de abril de 2012

Sueños mineros

El accidente ocurrido en una mina informal de la ciudad de Ica, que mantuvo a nueve trabajadores atrapados desde el 5 de abril último, desnudó una realidad preocupante en el sector más importante de la economía del país.

Y es que de acuerdo con el Ministerio de Energía y Minas (MEM), en este sector que es la responsable del 61% de nuestras exportaciones trabajarían alrededor de 450,000 personas de forma irregular.

Los diversos gobiernos que ha tenido nuestro país han intentado regularizar la minería informal pero se han encontrado con una serie de problemas, no solo de índole legal sino principalmente social. En Madre de Dios, por ejemplo, a pesar que la gente sabe que van hacer explotados prefieren que se les pague una miseria en vez de no tener nada que llevar a sus casas. De esta necesidad se aprovechan las mafias para lucrar. Asimismo las redes dedicadas a promover la prostitución y la trata de personas.

El problema de la minería informal no es nuevo en el país. Esta data de hace muchísimos años. Durante la administración aprista, el MEM puso en marcha un proyecto piloto con los gobiernos regionales, previa capacitación, para transferirle la responsabilidad de formalizar, brindar asesoría legal y ambiental, y así acabar con este problema. Lamentablemente no lo logró.

Según el director general de Minería del MEM, Víctor Vargas, en aquella oportunidad se trabajó con Madre de Dios, Puno, Arequipa, Ica y Piura, regiones donde se detectaron denuncias de minas informales, sin embargo no se pudo llegar a todo el país con ese piloto por falta de recursos.

Cabe señalar que de acuerdo con la Ley de Formalización y Fomento de la Pequeña Minería Informal del año 2002, el Ministerio de Energía y Minas debe transferir responsabilidades a las autoridades regionales para que ellos regulen, supervisen y fiscalicen dicha actividad.

El accidente en Ica ha relanzado nuevamente los llamados a avanzar hacia una mayor formalización del sector.

El vocero de la agrupación del presidente Humala (Gana Perú), Víctor Isla, dijo que el gobierno está “comprometido con una lucha frontal contra la minería ilegal” y aseguró que “en el tema de la minería artesanal” tienen “un trabajo pendiente”.

“Creemos que con equipos, formalización, este proceso será más viable, sin trabas, pero cuidando que se cumplan las normas”, agregó.

Hasta el momento los esfuerzos de las actuales autoridades –como también sucedió en el pasado- han chocado con los intereses de algunos sectores de mineros.

Es que los altos precios del oro han atraído en los últimos años a miles de personas a una actividad desarrollada, según expertos, de forma desorganizada que afecta el medio ambiente y fomenta la deforestación.

En el pasado, cuando el gobierno intentó criminalizar la minería ilegal –proponiendo que quienes trabajen en minas informales o violen leyes ambientales afronten hasta diez años en prisión–, se generaron violentos disturbios que ocasionaron muertes.

Entre lo ilegal y lo informal

La Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) considera como una “medida eficaz” el intento del gobierno de modificar el Código Penal para tipificar como delito la extracción ilegal de minerales.

“Los verdaderos promotores de la minería ilegal son mafias bien organizadas que explotan a hombres, mujeres y niños, a quienes los mantienen en condiciones de semiesclavitud”, aseguró semanas atrás el presidente de la SNMPE, Pedro Martínez.

Esta organización considera que la minería ilegal genera daños irreversibles al medio ambiente y a la salud pública en 21 regiones de Perú, en un negocio que mueve hasta US$2.000 millones anualmente pero que no contribuye al fisco.

Desde la Federación Nacional de Pequeños Productores Mineros y Mineros Artesanales del Perú (FENAMARPE) se distancian de la minería ilegal y marcan diferencias con el proceso artesanal que aseguran llevar adelante.

La minería informal es aquella que se realiza sin licencia en zonas permitidas, mientras que la ilegal es la que tiene lugar en zonas prohibidas a cargo de trabajadores sin papeles.

“Nos están comparando con la minería ilegal, la ilegal es la que ocurre en Madres de Dios, en zonas prohibidas, nosotros trabajamos la minería artesanal, la minería de forma informal”, dice Mundo Celso Cajachagua, presidente de FENAMARPE.

“Hay que separar lo de Madre de Dios de lo otro, ahí se contaminan ríos, se destruye el medio ambiente, el minero informal es otra cosa, acá no hay un barón de la minería, cada uno sube al cerro para subsistir”, agrega.

Cajachagua asegura que la FENAMARPE aboga por la formalización de la minería pero cuestionan que el gobierno intente criminalizar la actividad.

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